¿Sabías que tomar buenos apuntes es la habilidad más subestimada?
Y quizás también tu, que los tomes o no, nunca le has dado tanta importancia, y los pides prestados a algún amigo o los bajas de algún foro.
Entonces te pido hacer un pequeño ejercicio de confianza y leer este post hasta el final sin prejuicios, y cuando lo termines puedes decidir, si estoy en lo cierto o no cuando te digo, escrito con letras grandes, que:
Tomar buenos apuntes puede hacer TODA LA DIFERENCIA DEL MUNDO en tu método de estudio
Imagínate que vas a clases y, en lugar de mirar hacia el techo y a tus compañeros mientras haces pequeños dibujos en una hoja de papel, escribes pocas cosas pero efectivas en un cuaderno mágico que hace que tus apuntes sean una súper herramienta de estudio.
Después imagina ser capaz de volver a casa de tu clase y no sólo haber entendido casi todo, sino también haber comprendido la lógica de lo que le dijeron, y memorizado la mayor parte de los conceptos.
Imagina finalmente ahorrar tardes enteras de estudio porque puedes utilizar tus apuntes como una herramienta para repasar semanas de clases en pocas horas.
¿Imposible? Sin embargo en este artículo descubrirás que con el método Cornell para tomar buenos apuntes puedes hacer todas estas cosas. Y te preguntarás ¡por qué nadie te lo ha enseñado antes!
Pero primero demos un paso hacia atrás ….
¿Cómo toman apuntes los estudiantes?
La mayoría de los estudiantes cuando toman notas, simplemente se limitan a tratar de registrar en una hoja de papel la información que se les da durante la clase. ¡Y esto no significa tomar buenos apuntes!
Pro que escuchan pasivamente al profesor y pasivamente también transfieren al cuaderno lo que escuchan. De este modo su cerebro no está digamos apagado, pero por lo menos a baja velocidad.
Al darse cuenta de la inutilidad de tomar apuntes de esta manera, y temiendo haberse perdido de algo, muchos estudiantes se basan en una técnica que sin duda conoces: registrar, es decir, la plena grabación de la lección para después transcribirla, solo o dividiéndola en grupos, en casa.
¿Grabaciones? ¡Olvídalo!
Las grabaciones son el instrumento más aburrido e inútil que haya aparecido dentro del arsenal del estudiante. No es que no sirvan para nada, simplemente los resultados no son proporcionales al esfuerzo.
Si lo haces tú solo significa que más o menos duplicas el tiempo que pasas en las clases. Pero si ya durante la clase has aprendido poco y te has aburrido, ¿por qué duplicar este poco y este aburrimiento?
Ya has pasado cinco horas en clases que quizá representen una hora de estudio, ¿entonces por qué perder otras 5?
Y si te las arreglas gracias a grupos de estudio o software de transcripción vocal, todavía tienes que perder mucho tiempo para leerlo nuevamente.
Y volver a leer una transcripción de lo que dijo un profesor es aún más aburrido que escucharlo.
Pero dado que las grabaciones no son sino una réplica de las lecciones, y sobre esta base tendrás que elaborar, hacer esquemas, comprender, procesar, memorizar… ¿no valdría la pena hacer la mayoría de estas cosas directamente en la clase tomando apuntes correctamente?
¿Qué significa tomar buenos apuntes?
Si cuando tomas apuntes te limitas a transcribir lo que dice el profesor, o peor aún estás en la clase dormitando por que después de todo tienes las grabaciones, pierdes tu tiempo.
Tomar buenos apuntes hace que te lo ahorres, si aprendes a:
- capturar la información que te dan de forma verbal
- conceptualizar
- comprimirla de modo que sea más corta
- prepararte para un repaso eficaz
Las primeras dos acciones se completan seleccionando y comprendiendo lo que dice el profesor a través de la escucha activa.
Las otras dos acciones se completan gracias al método Cornell.
La escucha activa
Cuando escuchas una clase (o cualquier otra cosa) las áreas de recepción del sonido presentes en tu corteza cerebral reciben los sonidos que representan información.
Pero esto en sí mismo no te hace ni entender ni recordar.
De hecho pasas la mayor parte de este tiempo de escucha en modo pasivo, es decir, dejando este flujo de información en un estado de análisis superficial, que es aquel que se limita a transformar los sonidos en palabras con sentido real.
Si además mientras escuchas tratas de transcribir todo, no haces otra cosa que añadir también pasivamente otro nivel de codificación, el gráfico, añadiendo ineficiencia a la ineficiencia. De hecho:
- no tienes ninguna participación intelectual respecto a lo que escuchas
- ya que escribir todo es difícil, tu nivel de atención y comprensión cae aún más. ¡Estás demasiado preocupado por no perderte ni una palabra!
Tienes la ilusión de escuchar; pero en realidad estas trabajando un poco mejor que un software de reconocimiento vocal, con la diferencia de que mientras este último puede, si se desea, registrar todo con precisión y para siempre, tu olvidas muy rápidamente.
Para entender y recordar lo que escuchas (y lo que ves, porque a menudo en las clases también se utilizan gráficos), la información debe ser transmitida a las zonas más elaboradas de la corteza cerebral.
Ellas realizan actividades como seleccionar la información, organizarla, descomponerla, re-elaborarla, compactarla, buscar analogías, hacer preguntas.
Y si al hacerlo, también haces participar a tu parte “emotiva”, la que se encuentra en el sistema límbico, contribuyes significativamente también al recuerdo de lo que escuchas.
Tomar buenos apuntes significa hacerlo de tal manera que el cerebro simplemente debe hacer las acciones anteriores: seleccionar, re-elaborar, descomponer, compactar, organizar, buscar analogías … y tal vez añadir un toque de emotividad para fortalecer inmediatamente el recuerdo.
Tomar buenos apuntes con la escucha activa
Piensa en una conversación interesante. Por ejemplo, si has salido con una chica/o que te gusta, y quieres ver si el sentimiento es mutuo. Ella/ él te hace una serie de discursos y estás tratando de averiguar a dónde quiere llegar.
¿Qué hace tu cerebro de forma automática mientras la/o escuchas?
Inicia un complejo diálogo interno que tiene más o menos estas ideas:
“¿Qué quiere decir con esta frase?” “Su padre se llama como el primo de mi tío”, “Va a la playa donde voy yo” “¿Por qué dijo esa palabra y no otra?” “Conozco el lugar donde vive” ” ¿Qué debo hacer ahora? ” “¿Por qué me habla de su ex? “”También a mi me gusta el tenis / natación / libro del que me está hablando “”¿Escucha a Luis Miguel? ¡Oh, Dios mío!” “¿Es una invitación?” “¿Qué estará pensando?” “¿Cuando he oído esta frase?” “¿Cuando me había encontrado en esta situación?” ”Ha movido su pierna hacia mí! ” “¿Por qué no me ve? ” “¿Qué le digo? ” “Tengo que decir algo inteligente ”
Y así sucesivamente, mientras te cuenta cosas sobre su infancia, o hablan de amigos en común, películas, libros, lugares, preferencias …
Al final de la noche no sólo vas a recordar más o menos todo, sino que también habrás analizado, categorizado, ponderado la mayor parte de la información verbal y no verbal que te han dado.
No importa lo rápido que hable la chica / chico en cuestión, tu cerebro ha procesado todo sin problemas, porque ha escuchado activamente.
¿Es posible tener una escucha activa de este tipo cuando estás en la clase?
Francamente, ¡casi nunca! Sólo tal vez en las materias que te apasionan particularmente y tienen profesores carismáticos.
Pero te puedes acercar si utilizas un conjunto de reglas para tomar apuntes:
- Vuelve a escribir en tus propias palabras, te ayuda a conceptualizar
- Escribe listas con viñetas, te ayuda a dar orden y jerarquía a la información
- Sintetiza como si estuvieras en twitter, ayuda a capturar la esencia
- Acorta las palabras como si escribieras un mensaje de texto, porque te obliga a pensar en la palabra que escribes
- Coloca flechas para resaltar las relaciones lógicas
- Haz diseños explicativos, estimula la parte “visual” y creativa de tu corteza
- Comenta de vez en cuando lo que escribes con notas “emotivas” (“¡Qué horror!” “¡Interesante!” “¡Hermoso!”)
- Varía el carácter usando letras cursivas, de molde, mayúsculas, minúsculas, subrayados, etc.
Si te es posible, piensa en toda la operación de tomar apuntes como un juego o un desafío.
Y si de hecho antes los tomabas de manera uniforme y era una actividad en general amorfa, ahora tienes un entero conjunto de reglas que seguir.
¿Y qué es al final un juego si no una cosa que hacer siguiendo un conjunto de reglas a seguir?
Y para ganar este juego tienes una herramienta específicamente diseñada por mentes brillantes de una de las mejores universidades del mundo …
El último paso del súper estudiante. Tomar apuntes con el método Cornell
El método Cornell para tomar apuntes fue desarrollado en los años 50 por Walter Pauk, profesor de la Universidad de Cornell en Nueva York, uno de los campus más prestigiosos del mundo.
Numerosos estudios científicos llevados a cabo en grupos de estudiantes durante las siguientes décadas han demostrado de forma consistente la mayor eficacia del método Cornell sobre el método tradicional.
Y lo mejor es que no sólo es realmente muy simple de utilizar, también es muy intuitivo. La tradicional hoja de papel se divide en:
- sección derecha (2/3 de la hoja) es aquella en la que se toman propiamente los apuntes.
- sección izquierda (1/3 de la hoja) en la que se registran las palabras clave relacionadas con el contenido de la sección derecha.
- banda inferior, donde en un renglón se resume el contenido de la página y se escriben las preguntas.
- banda superior, donde se registran los datos “anagráficos” como el día, la fecha, el profesor, la materia, etc.
¿Pero por qué el método Cornell es tan eficaz para tomar apuntes?
El método Cornell te permite tomar buenos apuntes gracias a dos hechos principales:
- Durante la clase, te obliga a realizar una escucha activa, y hace que sea aún más potente ya que debes transferir lo escuchado al papel, cerrando así el círculo cerebral escucha / re-elaboración / acción. La información que necesitas adquirir cumple de esta manera un ciclo completo y se convierte en algo mucho más estable.
- Después de la clase, permite el repaso en tres niveles de detalle distintos: el de los resúmenes, el de las palabras clave, el del total de los apuntes; con cada nivel que puede ser repasado por separado o junto a los otros.
Así que no sólo aprendes más mientras tomas notas, también tienes una herramienta de estudio / repaso más estructurado y veloz.
Por esta razón, en mi método de estudio, cuando enseño a tomar buenos apuntes, esencialmente utilizo justo los principios del método Cornell, con algunas pequeñas modificaciones que facilitan el uso de técnicas de memoria.
Pero de esto hablaremos en las siguientes semanas
Ahora me despido; si te ha gustado el artículo o crees que pueda ser útil para alguno de tus amigos que estudia, ¡compártelo en Facebook!
Armando
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